La Entrevista que no ocurrió
Anoche, fui al Complejo de la Hermandad a realizar una entrevista previamente acordada con Butch y Vishous. Me dejaron esperando… lo que no debería haberme sorprendido y no lo hizo. Y la entrevista nunca tuvo lugar, tampoco. Tampoco fue una sorpresa…
Fritz fue el que me acompañó al Pit y armó todo una alboroto a mi alrededor, como siempre hace. Juro, que no hay nada que altere más a un doggen que cuando no pueden hacer nada por ti. Está tan agitado, que al final le entrego mi bolso… un movimiento marcado con la clase de desesperación que generalmente va asociado con tipos que practican la Maniobra Heimlich en una persona que se está ahogando.
Ahora, no tengo la costumbre de entregarle mi bolso a otras personas… ni siquiera a un mayordomo que está sufriendo de un caso grave de necesidad—de—agradar. Pero así están las cosas. Mi bolso tiene el cuero desgastado en un montón de lugares y la correa que corre a lo largo de la parte superior y baja por el frente tiene una raya de tinta azul. Nadie nota esta relativamente pequeña mancha salvo yo, pero me molesta desde que la provoqué y quería librarme de la imperfección, tal y como lo leen. (Demonios, hasta volví a Louis Vuitton y les pregunté si podrían sacársela. Dijeron que no, que no podían, porque el cuero es poroso y absorbe la tinta dentro de sus fibras. Está demás decir que mitigué mi depresión con la compra de artículos diversos.)
Cuando le entregué el bolso a Fritz, y le pregunté si había alguna forma de que pudiera sacar la tinta de pluma, resplandeció como si le hubiera dado un regalo de cumpleaños y salió corriendo a través de la puerta principal. Justo cuando la enorme puerta del Pit con ocho paneles, digna de una fortaleza, portal—de—la—mazmorra—de—una—película, se cierra de golpe, me doy cuenta que la única pluma que tengo, es la que provocó esa mancha, y está en el bolso.
Afortunadamente, V y Butch tienden a ser memorables así que me imagino que simplemente tomaré notas mentales.
El Pit está vacío salvo por mi. Jane está fuera, haciendo exámenes físicos en Lugar Seguro. Marissa también está allí, aún dirigiendo el lugar. Son las
Compruebo mi reloj y me es difícil no preocuparme. Hombre, no sé como sus shellans se quedan esperando a que ellos lleguen a casa. Los “¿Y si…? deben ser matadores.
Miro a mi alrededor. El futbolín es atrayente y cálido, fresco como una estrafalaria margarita. Aunque, este, por supuesto, es el nuevo, nuevo. El viejo nuevo murió durante una especie de enfrentamiento que involucraba una lata Silly String , doce pies de cinta adhesiva de tela, dos pistolas de pintura y un contenedor Rubbermaid del tamaño de un auto pequeño. Al menos eso fue lo que me dijo Rhage. Que es un bocazas pero nunca miente.
Atravesando el paso, en el escritorio de V, los Cuatro Juguetes ronronean, los ordenadores se ven como un grupo de chismosos todos apiñados, intercambiando cuentos acerca de quien está en donde, haciendo qué, dentro del Complejo de la Hermandad. Detrás de estas está el equipo estéreo de alta tecnología que se ve como el que usarías para hacerle una ecografía cerebral a alguien si fuera necesario. Están pasando un Rap, pero no tan alto como lo hubiera estado en el pasado. 50 Cent’s Curtis. Sip, me figuraba que no sería Kanye.
Lo que puedo ver de la cocina es de cierta manera chocante. Está de punta en blanco, las encimeras libres de vasos, los armarios bien cerrados, el desorden en su mínima expresión. Estoy dispuesta a apostar que hay algo más en el refrigerador que sobras de Taco Bell y paquetes de salsa de soja. Demonios, hasta hay un platillo con frutas. Duraznos. Seguro.
Cambios. Creo. Las cosas han cambiado por aquí. Y puedes decirlo no solo porque hay un par de estilográficas negras cerca del sofá y copias del The New England Journal de Medicina en medio de todas esas Sports Illustrated.
Mirando a mi alrededor, me pongo a pensar en los dos tipos que viven aquí ahora con sus compañeras. Y recuerdo los viejos buenos tiempos de Amante Oscuro, cuando V y Butch pasaron la noche en la habitación de invitados que estaba en la planta alta de la casa de Darius. Butch le preguntaba a V acerca de su mano. V identificaba el deseo de morir del tipo duro. Ambos congeniaron. Mi parte favorita fue cuando Wrath entró a la tarde siguiente y les dijo “Vaya, que escena tan tierna”. Creo que recuerdan cual fue su respuesta, ¿Verdad?
Y aquí estamos, dos años después y aún están juntos.
Pero en fin, nosotros los miembros de
Pero ahora todo es distinto ¿No es…?
La puerta que da hacia el túnel subterráneo se abre y entra Butch. Huele como un lesser, a dulce talco para bebés. Me llevo la mano a la nariz para evitar hacer arcadas.
—La entrevista se cancela, —dice con la voz ronca.
—Ah… está bien, no tengo pluma, —murmuro, apreciando cuan horrible se ve y como se tambalea sobre sus botas.
Butch tropieza con sus propios pies y se va dando contra las paredes mientras se dirige hacia su dormitorio.
Genial. ¿Y ahora que hago?
Espero un minuto. Luego comienzo a caminar por el corredor porque… bueno, en una situación así, quieres ser de ayuda, ¿No es así? Cuando llego a la puerta de su habitación, capto un vistazo de su espalda desnuda y rápidamente aparto la mirada.
—¿Necesitas algo? —le pregunto, sintiéndome una idiota. Puedo escribir acerca de los Hermanos, pero enfrentémoslo, soy un fantasma en su mundo, una observadora, no una participante.
—A V. Pero ya está de camino…
La puerta delantera se abre con un fuerte golpe y mi cabeza gira como si la hubieran jalado con una cuerda.
Oh… mier…
Ahora, vean, esto es lo que pasa con V. No le caigo bien. Nunca le he agradado. Y considerando que son trescientas libras de vampiro y que tiene esa mano que hace que cosas mortales ocurran, cada vez que estoy cerca de él recuerdo todos los ataques de pánico que he tenido en mi vida. Regresan a mi. Cada uno de ellos. Todos al mismo tiempo.
Trago con fuerza. V esta vestido de cuero negro y le sale sangre de una herida que tiene en el hombro y esta de un jodido malhumor. Me lanza una mirada, y desnuda los colmillos.
—Debes estar bromeando. —Se arranca la chaqueta de cuero y la lanza a través del Pit. Es más cuidadoso cuando se quita las dagas—. Hombre, esta noche se pone cada vez peor.
Mantengo la boca cerrada. Es decir, ¿Como si hubiera alguna respuesta adecuada para ese tipo de bienvenida? Sin ser que me ahorque a mi misma en el cuarto de baño, estoy bastante segura que no hay nada que pueda yo hacer para animarlo un poco.
Vishous pasa pisando fuerte junto a mi para llegar hasta Butch y yo hago como una percha de pared, y trato de aplanarme lo más que puedo. Lo cual es fácil. Estoy constituida como un tablón, toda larga y chata.
A propósito, quisiera señalar que V es enorme. ENORME. Cuando pasa a mi lado, mi cabeza apenas le llega al hombro y el tamaño de su cuerpo me hace sentir como si tuviera cinco años y estuviera rodeada de un mar de adultos.
Cuando se detiene en la puerta del dormitorio de Butch, me siento incapaz de irme aunque se que debería. Sin embargo, no puedo. Afortunadamente V se concentra en el poli
Pobre Butch.
—¿Qué mierda estabas haciendo? —Ladra V.
La voz del poli es áspera, pero no débil.
—¿Podemos posponer esto por unos diez minutos? Estoy a punto de vomitar…
—¿Pensaste que esos lessers no estaban armados?
—Sabes, esta actitud de esposa malhumorada no esta ayudando…
—Si por una vez usaras el cerebro…
Mientras los dos empiezan a pelear uno con el otro, pienso, Ok, estoy lista para irme. Tanta testosterona en el ambiente me marea. Y no de una forma agradable.
Retrocedo por el corredor, preguntándome que demonios voy hacer con la entrevista que se suponía iba a tener con ellos, cuando veo… huellas ensangrentadas. V ha dejado huellas ensangrentadas. Y debe haber estado bastante malherido, dada la cantidad de brillante rojo que hay en las tablas del piso.
Macho estúpido. Estúpido, arrogante, miserable, introvertido Hijo de Puta. Estúpido, atolondrado, cerdo, malhumorado, cornudo, Soy-una-isla, reservado bastardo.
¿Acaso he mencionado que también yo, después del horrible proceso de escribir el libro de V tuve un par de temitas con él? No es el único que tiene sentimientos de odio en nuestra relación.
Como Butch y V continúan gruñéndose uno a otro como un par de Dobermans, me enfado y camino hacia la chaqueta de cuero de V y gruño mientras la levanto del suelo. La cosa pesa casi tanto como yo y para ser honesta, realmente no quiero saber lo que hay en ella.
Pero lo descubro ya que reviso sus bolsillos.
Municiones para la Glock. Cuchillo de caza cubierto de sangre de lesser. Un mechero de oro sólido. IPod que estoy dispuesta a apostar está abarrotado de música rap duro. Un pequeño libro negro que no hojeo (Porque, Hey, eso es TREMENDA invasión a la privacidad). Goma de mascar Wrigley’s de menta. Una navaja del ejército suiza (probablemente porque su cuchillo de caza no viene con esas ingeniosas tijeras como accesorio).
Teléfono móvil.
Abro el Razr y tecleo *J. Dos segundos después, Jane contesta la llamada.
—Hey, tú. ¿Cómo está mi cachorro?
Sip, ella le dice cachorro. Nunca pregunté los detalles. V sencillamente me arrancaría la cabeza de un mordisco y me parece demasiado intrusivo preguntarle a la misma Jane. Aunque Rhage podría saberlo… hm…
—Hola, Jane, —digo.
—¡Oh, eres tú! —se ríe. Jane tiene una risa cálida, de la clase que hace que respires hondo y dejes salir el aire lentamente porque sabes que todo saldrá bien si ella está involucrada—. ¿Cómo está yendo la entrevista?
—No está. Tu hombre está herido, Butch está profundamente dormido, y tengo la sensación de que si no me voy en este instante, tu macho me mostrará la puerta. Con la cabeza por delante.
—Oh, por el amor de Dios, V puede ser un imbécil.
—Es por eso que te dediqué Amante Liberado a ti.
—Voy ahora mismo. Solo deja que le avise a Marissa.
Mientras corto, me doy cuenta que el Pit está mucho más silencioso ahora… y que hay un brillo saliendo del corredor. Voy en puntitas de pie y me congelo cuando llego a la puerta de la habitación de Butch.
Están en la cama. Juntos. Vishous se ha acostado y ha envuelto a Butch en sus brazos y todo su cuerpo está brillando suavemente. Butch está embutido contra el Hermano respirando levemente. El poder sanador de V está funcionando. Te das cuenta porque el olor a lesser está desapareciendo.
Los fríos ojos blancos de V se abren y se clavan en mi con la mirada fija sin parpadeos de un depredador. Me llevo la mano a la garganta.
En ese momento que compartimos, me pregunto porque me odia tanto. Duele.
La respuesta que recibo es su voz en mi cabeza. “Tu sabes porque. Sabes perfectamente el porque”.
Si, como que si lo sé, ¿no es así? Y puedes sacar el “como que” de esa oración.
—Lo siento, —digo en un susurro.
Cierra los ojos. Y es en ese momento que Jane se materializa justo a mi lado.
Jane es solo un poco distinta como fantasma de lo que era como ser humano. Ocupa espacio de la misma forma, y suena igual y se ve igual… y cuando me abraza, se siente cálida y sólida como antes de que le pasara lo que le pasó.
—Cariño… —dice V lentamente desde la cama.
Demonios, ese es un sonido erótico.
Jane mira hacia el dormitorio y la sonrisa que ilumina su rostro es impactante. Jane no es súper hermosa. Pero tiene un rostro de aspecto inteligente que hace juego con su descomunal cerebro, y como me gusta la gente inteligente, ella realmente me cae muy bien.
—Hey, cachorro, —le dice a Vishous.
V le sonríe a Jane. ¿He mencionado eso antes? Cuando él la ve, sonríe sinceramente. Con todos los demás, solo hace una mueca. Si está de humor para ello.
—Me enteré que estás herido, —dice Jane, poniéndose las manos en las caderas. Lleva puesta una bata blanca de doctor y tiene un estetoscopio alrededor del cuello, ambos son sólidos a la vista. El resto de ella es un poquito brumoso, a no ser que desee agarrar algo o abrazar a alguien en cuyo caso se vuelve completamente presente.
—Estoy bien, —le responde.
—Está herido, —decimos Butch y yo al mismo tiempo. V me mira con furia. Luego calma al poli pasándole la mano por la espina dorsal.
¿Es una caricia sexual? Un tiempo atrás, antes que Jane llegara, hubiera dicho que si, que lo era. Porque así eran las cosas. Pero ahora que Jane ha entrado en la vida de V, esa caricia es para consolar.
—Reúnete conmigo en nuestro dormitorio cuando termines, —le dice Jane a su hellren—. Voy a revisarte.
—Ahora, eso es a lo que yo me refería, —Responde V con una ronroneo ronco.
Sigo a Jane porque comienzo a sentirme un poco morbosa mirando fijamente a V y Butch juntos… (De paso, me gustaría aclarar que a Jane no le molesta para nada que los dos machos sean tan unidos y tampoco a Marissa. Lo que demuestra cuan seguras son esas dos hembras. Cuan seguras y cuan amadas)
—Así que Lugar Seguro realmente está saliendo adelante, —dice Jane mientras entramos en el dormitorio bien provisto de libros que comparte con su macho. El lugar podría ser una biblioteca si no fuera por la cama king—size que hay en el medio de la habitación y ambos están satisfecho de que sea de esa manera. Ambos son grandes lectores.
—Sip, eso he oído. —levanto el libro que hay sobre la cómoda. Es un libro de texto de bioquímica. Para un nivel de doctorado. Podría ser de cualquiera de los dos—. ¿Cuántas hembras tienen en este momento?
—Nueve madres, quince niños.
Jane comienza a hablar y su entusiasmo y compromiso resultan obvios por lo animada que está. La dejo hablar, pero estoy escuchando solo a medias. Estoy pensando en la conversación que ambas tuvimos tres meses atrás, en Junio.
Fue acerca de la muerte. La de ella. Le pregunté si estaba desilusionada por donde había terminado. Como un fantasma. Contestó con una sonrisa que tenía mucho, bueno de, ¿A ti qué te parece?, en ella y me dijo algo que no he sido capaz de sacarme de la mente desde ese entonces: ¿Cuarenta años como humana contra cuatrocientos años con él? Murmuró, sacudiendo la cabeza. Sip, tuve muchos problemas sacando esas cuentas. Verdad. Quiero decir, la tragedia me dio la vida con el hombre que amo. ¿Dónde está la desilusión?
Supongo que puedo entender sus razones. Sip, hay ciertas cosas que no tienen. Pero Jane ya estaba en los treinta cuando se conocieron. Lo que significa que hubiera sido afortunada de haber tenido otras dos o tres décadas con él antes de que el proceso de envejecimiento realmente le clavara los dientes. Y eso asumiendo que no contrajera cáncer o una enfermedad cardiaca o alguna otra cosa horrible que la matara o la lisiara. Además, ya había perdido a su hermana y a sus padres y jeez… incontables pacientes en emergencias. Después de todas las muertes que presenció, pienso que es algo bueno que pase de eso de aquí en adelante. Y no tiene que preocuparse de que V baile con el Reaper. Puede entrar y salir del Fade. Siempre estarán juntos. Siempre.
Así que vivirá eternamente. Con el macho que ama. No es un mal trato.
Además… ehr, por lo que se, el sexo todavía sigue siendo algo de otro mundo.
—Sácate la ropa, —dice.
Me miro el atuendo negro que llevo puesto preguntándome si derramé algo sobre mi misma. Pero no, es Vishous. Ha terminado con Butch.
Me aparto de su camino cuando entra y sip, miro hacia abajo, al piso cuando escucho el susurrar de ropa siendo sacada. V se ríe de forma gutural y huelo su esencia vinculante. Estoy dispuesta a apostar que al segundo que me haya ido van a…
Ejem… sip.
Genial, ahora me estoy ruborizando.
Jane maldice y oigo que se abre una caja. Doy un vistazo. Es un botiquín de primeros auxilios y después que termina de limpiar lo que parece una enorme cuchillada en el muslo de Vishous, toma una aguja, hilo negro de cirugía y una jeringa que pienso que contiene lidocaína.
Ok, voy a volver a bajar la mirada en esta parte. Me encanta mirar programas médicos en
Siento que V sisea y que Jane murmura algo.
Mierda. Tengo que mirar. Levanto la vista. Las manos de Jane son muy sólidas y está cosiendo a su hombre con rápida precisión, como si lo hubiera hecho un millón de veces. Vishous la esta mirando fijamente, con una pequeña sonrisa tonta en el rostro…
—No es tonta, —me interrumpe—. No tengo una pequeña sonrisa tonta en el rostro.
Es gracioso ahora que está con Jane, es mucho más suave. No es exactamente agradable conmigo, pero al menos ya no deseo llevar una armadura.
—Es un poquito tonta, —dice Jane entre risas—. Pero quiero decir, seguro, es tonta de una forma muy Soy-un-guerrero-vampiro-como-lessers-para-el-almuerzo-todos-los-días. Eres un gangster hecho y derecho. Nadie te va a confundir con un peso ligero.
—Muy inteligente de su parte, —dice mientras extiende la mano brillante hacia el cabello de Jane. Es algo genial lo que pasa. En el instante que la luz de él toca cualquier parte del cuerpo de ella, se convierte en sólida y cuanto más tiempo la toque, tanto más grande se hace el área. Si se están mimando en el sofá, y si, él se hace mimos con ella, se pone totalmente sólida y después se queda de esa forma por un tiempo. La energía de él hace que su forma se manifieste.
Lo que es especialmente romántico.
Desde el corredor, siento que se abre y se cierra una puerta y pasos que se acercan a nosotros. Se que es Marissa porque puedo sentir el aroma a océano… y porque siento a Butch comenzar a gruñir dándole una bienvenida bastante erótica. Marissa se detiene y asoma la cabeza dentro de la habitación de V y Jane. Se ha cortado el cabello así que solo le llega a los omóplatos y viste un traje Chanel muy lindo que desearía que estuviera en mi armario.
Los cuatro hablamos un ratito, pero luego Butch se pone impaciente y grita llamando a su hembra así que Marissa sonríe y se va. Cuando se da la vuelta ya se está sacando la chaqueta. Probablemente porque sabe que no va a tener la ropa puesta por mucho más tiempo.
—Ya está, —dice Jane mientras corta el hilo—. Todo arreglado.
—Tengo algo más que necesita atención, ¿verdad?
—Ah, ¿En serio? ¿Eso sería el rasguño que tienes en el hombro?
—Nop.
Cuando V le toma la mano, me aclaro la garganta y me dirijo a la puerta. —Me alegro que todo el mundo este bien. Tal vez podamos fijar otra fecha para la entrevista. Sip… um, cuidense. Los veo después. Que tengan un buen…
Estoy diciendo todas estas cosas porque me siento torpe. Como la intrusa que soy. Jane me contesta alguna palabra agradable mientras V comienza a tirar de ella para acercarla. Cierro la puerta.
Camino por el vestíbulo y le doy una última mirada a la sala del Pit. El cambio es bueno, pienso. Y no solo porque en este caso, se ve menos de Fraternidad y más de Hogar en este lugar. Me gusta que ocurran cambios porque esos dos tipos están establecidos y felices y sus vidas son mejores a causa de con quien terminaron unidos. Y Butch y Vishous todavía están juntos.
Salgo a la noche de septiembre y tengo que abrazarme a mi misma. Hace frío en Caldwell; Me había olvidado que en la parte norte del estado de Nueva York comienza a hacer frío muy temprano. Me encuentro a mi misma deseando que mi auto alquilado tenga asientos calefaccionados.
Estoy entrando en el auto cuando la puerta de la mansión se abre y Fritz sale apresuradamente. Es como Tattoo el de
—¡Su bolso! ¡Su bolso!
Salgo del sedán.
—Gracias Fritz, me habría olvidado.
El doggen me hace una reverencia y dice con un tono acongojado.
—Lo siento. Lo siento tanto. No pude sacar la mancha de tinta.
Tomo mi bolso y miro la correa. Sip, la pequeña raya azul todavía está allí.
—Está bien, Fritz. Realmente aprecio que tratara. Gracias. Muchas gracias.
Después de un rato tratando de calmarlo, y declinando la oferta de una canasta de picnic con comida, vuelve a la casa. Cuando escucho que la puerta se cierra de un golpe, miro fijamente el defecto de mi bolso.
Desde el momento en que noté la raya de tinta, quise comprarme un nuevo bolso. Absolutamente. Como que me gustan las cosas perfectas y me sentía tan frustrada por haber arruinado mi propio bolso… su imperfección lo desmerecía a mis ojos.
Ahora examine la cosa a la luz de la luna, mirando todas sus pequeñas abolladuras y fallas. Hombre… ha estado conmigo por casi dos años. Lo llevé a la ciudad de Nueva York cuando fui a reunirme con mis editores y mi agente. Cuando fui de vacaciones a Florida a ver a mis dos mejores amigas. Ha estado en firmas de libros en Atlanta, Chicago y Dallas. Ha guardado mis dos teléfonos móviles: El que uso para mis amigos en los Estados Unidos y el que uso para mis amigos extranjeros. He puesto en él recibos de peajes y de depósitos bancarios y facturas de cenas con mi marido y películas con mi madre y mi suegra. Ha contenido fotografías de gente que amo y monedas que no quería y tarjetas de negocios de tipos con los que necesitaba mantenerme en contacto. Ha estado encerrado en mi auto durante mis caminatas con mi mentor y durante rápidos viajes a las tiendas para comprar botellas de agua y…
Sonrío un poco y tiro la cosa en el asiento delantero del Toyota Prius que renté en Enterprise. Me meto y cierro la puerta y agarro la llave que deje en el contacto.
Un golpe en el parabrisas del Prius me asusta como la mierda y casi me disloco el cuello para girar en dirección al sonido. Es Vishous con una toalla alrededor de las caderas y un vendaje en el hombro. Apunta hacia abajo como si quisiera que hiciera desaparecer la ventana.
Lo hago. Una fría brisa entra y espero que solo sea la noche y no él.
V se pone en cuclillas y pone los enormes antebrazos en un lado del auto. No está mirándome mucho a los ojos. Lo que me da la oportunidad de estudiar los tatuajes que tiene en las sienes.
—Ella te hizo salir aquí afuera, ¿No es verdad? —le digo—. Para que te disculparas por ser un idiota.
Su silencio significa un si.
Paso la mano por el contorno del volante deslizándola hacia arriba.
—Está bien que tú y yo no nos llevemos bien. Quiero decir… ya sabes. No deberías sentirte mal.
—No lo hago. —Hubo una pausa—. Al menos no habitualmente.
Lo que significa que realmente se siente mal.
Jeez. Ahora no sé que decir.
Sip, esto es embarazoso. Muy embarazoso. Y francamente, me siento sorprendida que permanezca ahí afuera conmigo y el auto. Esperaba que él se fuera de regreso al Pit con las dos personas con las que se siente cómodo. Saben, V no se relaciona. Es un pensador, no un sentimental.
Mientras pasa el tiempo, como que decido que su presencia conmigo ahora prueba que, sip, a su manera, realmente le importa que la situación haya estado tirante entre nosotros dos. Y que quiere enmendarlo. Y yo también.
—Lindo bolso, —dice, señalando con la cabeza mi cartera.
Me aclaro la garganta.
—Tiene una mancha de tinta.
—En realidad la mancha no se ve.
—No obstante, yo se que está allí.
—Entonces debes dejar de pensar tanto. Realmente es un lindo bolso.
V golpea el puño contra el panel del auto, como una especie de gesto de despedida, y se pone de pie.
Lo veo dirigirse al Pit. Atravesándole los hombros, grabadas en su piel en el Lenguaje Antiguo, se ven las letras: J, A, N, E.
Miro mi bolso y pienso en todo lo que ha contenido y en todos los lugares en que ha estado. Y empiezo a verlo por lo que hace por mi, en vez de por sus carencias debido a su imperfección.
Enciendo el auto y le doy la vuelta, teniendo cuidado de no pegarle al GTO púrpura de Rhage o al enorme Escalade negro o al Sleek 650i de Phury ni al Carrera S4 de Zsadist. Mientras dejo el patio del Complejo, meto la mano en el bolso, saco mi móvil y llamo a casa. Mi marido no contesta porque está
dormido. El perro no contesta porque no tiene un pulgar situado en oposición al resto de los dedos así que practicar el agarre con la mano es un poco difícil para él.
—Hola Boat, no conseguí la entrevista, pero igualmente conseguí algo sobre lo que escribir. Estoy eléctrica así que simplemente voy a conducir hasta que llegue al otro lado de Manhattan. Probablemente termine llegando a Pennsylvania en la mitad del día. Llámame cuando te despiertes.
Le digo a mi esposo que lo amo y luego cuelgo. El teléfono vuelve a mi bolso. Me concentro en la carretera que tengo enfrente, pensando en los Hermanos…
No hay nada nuevo en eso. Siempre estoy pensando en ellos. Comienzo a estresarme por Phury.
Por capricho, rezando para lograr que mi cabeza se calle, me inclino hacia delante y enciendo la radio. Comienzo a reír. Están pasando el Dream Weaver.
Poniendo la música lo más alto que el Prius lo puede soportar, prendo la calefacción a todo trapo, bajo la ventanilla y aprieto el acelerador hasta el fondo. El Prius hace lo que puede. No es un GTO, pero el efecto para mi es lo suficientemente bueno. De repente, estoy disfrutando de la noche, igual que hizo Mary cuando necesitó alejarse de si misma.
Corriendo a través de la noche, abrazando las curvas sobre la Ruta 22, soy un pájaro que vuela, vuela, vuela alejándose. Y espero que esta extensión entre Caldwell y la vida real dure para siempre.
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