Nora debería haber sabido que su vida distaba mucho de
ser perfecta. A pesar de comenzar una relación con su ángel guardian, Patch
(que, título aparte, puede describírsele como cualquier cosa menos como
angelical), y sobrevivir a un intento de acabar con su vida, las cosas no
mejoran.
Patch comienza a alejarse y Nora no es capaz de imaginar si es por su
bien o porque se está interesando por su archienemiga Marcie Millar.
Por no
hablar de que Nora se ve atormentada por imágenes de su padre y se obsesiona con
averiguar qué fue lo que en realidad le pasó la noche en que se marchó de
Portland para no regresar jamás.
Confiar demasiado en el hecho de tener a un ángel guardian pone a Nora en peligro una y otra vez. Pero ¿de verdad puede contra con Patch o este le está ocultando secretos más oscuros de lo que ella podría imaginar?